¡Hola, lector!
Esperamos que estés teniendo un excelente día, sea mañana, tarde o noche. En esta ocasión, como cada viernes, te traemos un tema fascinante del mundo de las geociencias. Hoy, nos adentraremos en la interpretación de los registros eléctricos, explorando cómo estos registros ayudan a identificar zonas importantes dentro de los yacimientos.
Presentación de los registros eléctricos
En los registros eléctricos podemos ver tres curvas de resistividad. La curva roja (ILD) mide la resistividad profunda, que corresponde a la resistividad de la formación (Rt). La curva azul (ILM) muestra la resistividad de la zona anular o de transición, y la curva negra (MSFL) representa la resistividad del lodo (Rmf), medida por una herramienta micro-esférica.
Estos registros son clave para calcular la resistividad del agua de formación, utilizando métodos como el de Pickett. Sin embargo, por ahora nos enfocaremos en identificar zonas con potencial de hidrocarburos y zonas con agua. Para cálculos más avanzados, como la saturación de agua y hidrocarburos o gráficos como el de Pickett, necesitaremos usar otros registros, como los de densidad y neutrón, que veremos más adelante.
En nuestro análisis, hemos graficado tanto las resistividades como el volumen de arcilla para facilitar la identificación de zonas con agua. Los segmentos en los que se dividen ambos registros nos ofrecen pistas sobre el tipo de fluido presente en cada área.
En la primera zona, observamos que la resistividad es muy caótica, lo que dificulta su interpretación. Sin embargo, ya sabemos que se trata de una arena.
La segunda zona está llena de agua, según el registro de rayos gamma, ya que corresponde a una arcilla. Pero, ¿por qué está llena de agua? Las arcillas tienen una propiedad muy especial: en su estructura molecular contienen naturalmente moléculas de agua. Esto ocurre porque las partículas de arcilla son muy pequeñas y cargadas eléctricamente, lo que les permite atraer y retener agua en sus capas (en ocasiones se les llama esponjas) . Este tipo de agua, conocida como agua ligada, está atrapada en la estructura de la arcilla y no fluye libremente como el agua que encontramos en las arenas o en otras formaciones porosas. Debido a esta capacidad de retener agua, las zonas arcillosas suelen mostrar altos niveles de saturación de agua, aunque no se trate de agua libre como la que circula en las formaciones de arena.
Finalmente, en la tercera zona, podemos interpretar la presencia de hidrocarburos debido a la baja respuesta de los rayos gamma y los valores de resistividad. Sin embargo, si observamos con más detalle, notamos una gran separación entre las curvas MSFL e ILD, lo que indica una posible invasión de lodo de perforación. ¿Cómo determinamos que hay invasión de lodo? Es algo sencillo de entender con un pequeño esquema.
Imaginemos un pozo convencional, donde la herramienta de medición se encuentra en el centro de una serie de círculos concéntricos. El primer círculo, en amarillo, representa el lodo de perforación, y el segundo círculo, en rojo, corresponde a la zona de formación de la roca. En condiciones normales, la herramienta mide la resistividad de ambas zonas de manera precisa: el lodo en la parte más externa y la formación en la parte interna.
Sin embargo, en algunos casos ocurre lo que conocemos como invasión de lodo. Este fenómeno se produce cuando el lodo de perforación (zona amarilla) penetra la formación (zona roja). Esto es importante porque, al invadir la formación, el lodo modifica las propiedades originales de la roca y afecta las mediciones. La herramienta micro-esférica, diseñada para medir resistividades en la parte más cercana a la pared del pozo, registrará valores más altos o iguales a los de la formación invadida. Esto se debe a que el lodo ha ocupado parte del espacio poroso de la roca, alterando el perfil de resistividad en esa área. La interpretación de este tipo de invasión es crucial, ya que puede darnos una falsa impresión de las características reales del reservorio.
Las dos zonas siguientes ofrecen una interpretación más sencilla. Aquí observamos intercalaciones de arenas y arcillas, lo que nos permite identificar con mayor claridad las zonas con hidrocarburos y aquellas con agua. Estas zonas presentan cambios más evidentes en los registros, lo que facilita el análisis.
Aunque los registros eléctricos nos ayudan principalmente a detectar la presencia de hidrocarburos o agua, su interpretación no debe hacerse de manera aislada. Es esencial complementarlos con otras herramientas, como los registros de densidad o de rayos gamma, para obtener una visión completa del subsuelo. Este enfoque, conocido como Quicklook, nos permite hacer un análisis rápido pero efectivo, que luego puede profundizarse con datos adicionales. En definitiva, interpretar estos registros de manera adecuada es vital para tomar decisiones informadas sobre el potencial de un pozo y sus recursos.
Bibliografía
[1]Asquith, G., & Krygowski, D. (2004). Basic Well Log Analysis. AAPG Methods in Exploration Series.
[2] Schlumberger. (1989). Log Interpretation Principles/Applications. Schlumberger Educational Services.
[3] Rider, M., & Kennedy, M. (2011). The Geological Interpretation of Well Logs. Rider-French Consulting Ltd.
[4] Serra, O. (1984). Fundamentals of Well-Log Interpretation. Elsevier Science Publishers.
Publicación realizada por Hiram Arias y Emiliano Flores
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